1.— Extensión territorial.
Al tiempo de fundarse la República, el territorio nacional tenía 2.372.256 kilómetros cuadrados. Este vasto territorio abarcaba desde el Pacífico hasta el Mato Grosso y desde la cuenca del Purús hasta el río Bermejo.
La extensión por sí sola no tiene mucho valor determinante en Geopolítica. Su importancia aumenta o disminuye con la ocupación humana. En el caso de Bolivia, un porcentaje considerable de este inmenso territorio era desconocido y estaba totalmente abandonado.
2.— Posición geopolítica.
Bolivia tenía una posición mixta, con gran parte de su territorio enclavado en el corazón selvático de América del Sur y con una dilatada porción de costa árida sobre el océano Pacífico.
El hecho de que durante tres siglos el país se dedicó casi exclusivamente a la explotación de las minas, determinó la concentración de su población en torno a la Altiplanicie y a la Cordillera Oriental. El resto estaba abandonado.
Sus fronteras tan extensas y tan desguarnecidas invitaban permanentemente el avance de sus cinco vecinos ambiciosos.
En cuanto al mar, la presencia del Desierto de Atacama y de la Cordillera Occidental, sirvieron de obstáculos naturales para el ejercicio de una plena soberanía sobre las costas. La larga cordillera volcánica separaba una vertiente de otra e impedía el trazado de buenos caminos. Por su parte el desierto ofrecía pocas posibilidades a la vida humana y la densidad de población era muy baja.
En los primeros 35 años de su vida independiente, Bolivia tenía sobre el Pacífico un pequeño puerto denominado La Mar o Cobija. Un funcionario inglés W.A. Bruce informaba al Foreing Office que este puerto estaba “formado por un borde de rocas que se interna en el mar, pero sin muelle”.
El descubrimiento de ricos yacimientos de guano y salitre impulsó la formación de nuevos puertos: Antofagasta y Mejillones. Pero Chile no dio tiempo a Bolivia para que utilizara el mar como instrumento de su grandeza y poderío. La disputa por el dominio de Atacama encontró a nuestro país sin los medios y la fuerza necesaria para hacer respetar sus derechos. Desde entonces (1879), Bolivia está totalmente controlada por cinco Estados periféricos, entre los cuales hace el papel de Estado Tapón, que evita fricciones y contactos directos.
3.— Estructura Física.
Bolivia participa de dos grandes regiones naturales: los Andes y las llanuras tropicales.
Las dos altas cordilleras: Occidental y Oriental presentan grandes tropiezos a la circulación y dificultan el contacto humano. Únicamente la presencia de grandes riquezas minerales en la C. Oriental determinó un establecimiento humano relativamente nutrido. En la altiplanicie intercordillerana el frío es inclemente y la vegetación casi nula.
Las llanuras templadas y fértiles concentran grandes masas humanas. Pero el caso de las llanuras tropicales bolivianas fue distinto. Estas llanuras de calor sofocante, cubiertas de selvas, montes y pastizales y situadas a gran distancia del mar, fueron ocupadas en porciones insignificantes. Aún hoy, pese a la evolución de los transportes, no han sido plenamente integradas a la vida nacional.
4.— Características de la población.
Al comienzo de la vida republicana sé calculaba la población de Bolivia en 1.000.000 de habitantes. El primer Censo efectuado en 1831 arrojó la cifra de 1.088.768 habitantes.
La gran mayoría estaba formada por indígenas analfabetos de las condiciones más diversas: mitayos alebronados, pongos sin personalidad y nómadas selvícolas que no habían tenido contacto con la civilización.
Seguían en importancia numérica los mestizos, también analfabetos —en su mayoría— y dedicados a la artesanía.
Luego estaba la población blanca, ociosa y parasitaria, que pese a su notoria minoría dominaba y dirigía la vida nacional, debido a que tuvo el monopolio de la cultura.
Por otra parte, los difíciles accesos al país, frenaron y desviaron las corrientes migratorias.
5.— Los recursos naturales.
El territorio era extremadamente rico en toda clase de recursos naturales, que no eran explotados ni aprovechados porque la economía del país estaba distorsionada desde la conquista española. Por espacio de tres siglos la actividad predominante fue la minería, basada en el trabajo gratuito del mitayo. Ninguna otra actividad económica tenía importancia fundamental. La agricultura y la ganadería eran de subsistencia. No existían industrias significativas.
Ahora bien, es un axioma geopolítico, que, si un territorio está favorecido por la naturaleza y a la vez se encuentra inexplotado o incompletamente explotado, entonces los Estados vecinos tratan de obtener acceso a los recursos ajenos, empleando cualquier, medio.
A su vez, Augusto Pinochet —basado en la gran experiencia de sus antepasados— dice:
“El estímulo de buscar riquezas naturales fuera de las fronteras, para incrementar la propia fuerza económica, es mayor en los Estados fuertes que en los débiles, por cuanto su afán de conquista constituye un verdadero peligro para estos últimos. El Estado menos desarrollado, pero con una riqueza potencial en el suelo y subsuelo, normalmente verá amargada su existencia por aquellos más poderosos y su grado de peligro estará en proporción directa a los bienes económicos que posea”.
Las riquezas inexplotadas de Bolivia fueron causa de sus desventuras internacionales. A propósito del guano dijo don Jaime Mendoza, en su libro “El Mar del Sur”:
“esa inmensa riqueza natural de Bolivia en vez de engrandecerla como a Chile, fue más bien para su daño”.
“El huano fue la causa inicial para que Bolivia empezara a ser enclaustrada; así como después el salitre concluiría esa obra”.
“Por eso desde entonces cayó sobre el huano la maldición de los bolivianos”.
“¡Maldito huano!”
Lo mismo podríamos decir de la goma y del petróleo.
6.— Transporte y comunicaciones.
Existían pocos caminos. Únicamente estaban vinculadas entre sí las ciudades andinas: La Paz, Oruro, Sucre, Potosí y Cochabamba.
Para llegar al puerto de Cobija desde Oruro, se empleaban 7 días.
A la gigantesca zona de las llanuras tropicales, donde acechaban los vecinos, no se podía llegar de ninguna manera.
Bolivia estaba totalmente desvertebrada.