Por: Clemente Mamani Laruta
Los sempiternos ojos del campesino
Miran por siempre el nuevo horizonte,
Conjugando la remembranza del huracán.
Que se pierde en el sol minero,
Galopando en la constelación
Del pasado.
Día del clamor y la rebelión
Coronada en el ancestro de los andes,
Que elevan la refulgente exaltación
Por las alturas insomnes del continente.
Fecha del ímpetu y la consciencia
Labrada en el primor de la fortaleza
Y esculpida con la mano endurecida
Del labriego.
La historia bendice en sosiego
Alumbrando el impulso vehemente
el viento abre los caminos perdidos,
Surcando la constancia del guerrero
Y ahuyentando espectro de la miseria.