La Leyenda de Tunupa
El Rey Makuri, héroe favorito de innumerables leyendas indígenas, fue Mallcu de Omasuyos, región que estaba unida a un solo reino con Pacajes. Macuri se estableció en Carabuco y llegó a tener su Imperio la antigua extensión y gloria. Durante su reinado apareció un extraño personaje en torno al cual se han tejido innumerables historias. Este personaje es Tunupa, identificado por algunos cronistas con el apóstol Santo Tomás.
Tunupa era hombre venerable, blanco y barbado, predicaba el bien y censuraba las costumbres de los collas, como su afición a la chicha; sus guerras crueles, así como la abominable costumbre de beber sangre humana en los cráneos de los vencidos. Con una gran cruz a cuestas llegó Tunupa a Carabuco, allí comenzó a predicar su doctrina llena de bondad, haciendo luego viajes a otras comarcas. Con el mismo objeto llegó hasta Sica-Sica donde intentó se edificase un templo. Molesto Macuri con las enseñanzas de Tunupa, que ofendía sus bárbaras costumbres, deseaba matarlo. Decidióse al fin cuando supo que su hija Kara huara se había convertido, convencida por un discípulo de Tunupa llamado Kolkkehuaynakka, de quién se había enamorado.
Makuri mandó se atase a Tunupa en una balsa, la cual fue arrojada al lago. Cuenta la tradición que ésta penetró en la tierra abriendo el río Desaguadero que va desde el Titicaca hasta el lago Poopó. Los discípulos de Tunupa fueron muertos, y la cruz enterrada en el sitio donde la encontró el cura Sarmiento por indicación de los anansayas.
Tomado de: “Manual de historia de Bolivia” de Vazques Machicado y José de Mesa y Teresa Gisbert. Pág. 28 Edit. Gisbert. La Paz., 1958. Bolivia.
Este hombre posee un poder: el bastón es el símbolo de autoridad dentro de su grupo; a él le obedece toda una comunidad de la región del lago Titicaca. Es el “Hilacata”. De sus decisiones depende el progreso o el fracaso de su comunidad.
En esta misma región, hace algún tiempo, unos 800 años, gobernaban los “Hilacatas” a nuestros antecesores.
En las riberas del Lago Titicaca un gran pueblo se había organizado y había formado un imperio. Era el Imperio Colla que agrupaba pueblos de habla aymara.
¿Qué características tenía esta cultura en nuestro territorio?
Eran pueblos dedicados especialmente a la agricultura y a la pesca. Productos propios de la región eran cultivados para su alimentación como: la papa, la quinua, la totora, la oca. Estos productos eran tratados para ser conservados en épocas de invierno obteniendo el chuño, la tunta, la caya.
Tenían rebaños de auquénidos que no sólo les servía de alimento sino de medio de transporte: la llama, la Alpaca, la Vicuña. De estos animales usaban sus pieles, su carne, sus huesos, para usos domésticos.
Estos pueblos hablaban la lengua aimara que se caracteriza por los sonidos fuertes y explosivos. Su estructura es algo distinta a la del castellano. Se parte de una raíz y se colocan sufijos y prefijos.
UTA = casa
UTAjja = Mi casa
UTAnaca = Las casas
El aymara es utilizado actualmente por los habitantes de estas mismas regiones, con algunas variaciones.
Pero el hilacata que gobernaba un pueblo o “Ayllu” no era el jefe máximo; el hilacata estaba bajo el mando de un “Mallcu” que era el jefe que gobernaba todo el imperio. El Mallcu, en su deseo de gobernar con justicia, se hacía asesorar por un grupo de ancianos, “Auquis”, que con su experiencia y autoridad le podían dar sabios consejos de gobierno.
El ayllu era el grupo humano que habitaba en un territorio llamado marca.
Cuando uno de la familia fallecía, ellos no lo creían perdido para siempre, creían en la otra vida. Pensaban que su alma destinada a vivir en otro mundo, podía volver. Para esto debían conservar su cuerpo momificándolo.
Doblaban su cuerpo de tal manera que las rodillas tocaran su mentón y con los brazos rodearan sus piernas. Así lo metían en canastas. Luego lo envolvían en varios sacos de cotense, y lo introducían en su tumba. Junto a su cuerpo le ponían comida, joyas y objetos de cerámica, para así conservarlo en las tumbas que se llaman “Huacos”. Allí los veneraban y les pedían que los protegiera.
Momificación Huacos
A los hombres principales que se habían destacado por su heroísmo o por su capacidad de gobierno les construían tumbas especiales, con piedras bien trabajadas en forma cilíndrica y hueca por dentro. Dejaban un orificio rectangular a manera de puerta por donde introducían el cuerpo del héroe muerto. Eran las únicas construcciones de piedra, pues, sus casas las hacían de adobe, fáciles de ser destruidas por los fenómenos atmosféricos.
Entre las “Chullpas” que se conservan están las de los Mallcus más renombrados por la tradición, que son Tacú Illa y Macuri.
Chullpa
Pero no sólo veneraban a sus muertos. Tenían otras divinidades como Con-Ticci-Viracocha, dios supremo, que tenía todo poder sobrenatural. Era el Hacedor Supremo, origen del sol, la lluvia, el rayo y todos los poderes de la naturaleza.
Veneraban también, por ser un pueblo agrícola, a la tierra que les proporcionaba los principales medios de subsistencia. La “Pachamama”, la Madre Tierra.