
Tiahuanaco
El pueblo de Tiahuanaco poseía una avanzada cultura comparable sólo con la de los aztecas. La grandeza de sus estructuras hacía afirmar a sus moradores que Tiahuanaco era el centro del mundo.
Si vamos a hacer un paseo por estos monumentos y tomando en cuenta como referencia el gráfico anterior, en primer lugar se nos presenta una amplia avenida central que nos lleva hacia grandes construcciones (1). La mayoría de las estructuras que encontramos son de tipo religioso. Aquí vemos, a la derecha, la gran pirámide de Akapana (2). Está hecha sobre una colina natural, que los tiahuanacotas usaron como base de su construcción, cubriéndola luego con grandes bloques de piedra maciza cortadas con exactitud geométrica.
Subiendo las escaleras que nos conducen a la cima (3), podemos ver el templete que servía para hacer las ofrendas a los dioses (4). El altar y las paredes están labradas en piedra. Algunas uniones están hechas con clavos de oro y bronce. Todo es sobrio, bello, imponente, apto como para que el hombre se acerque a sus dioses.
Desde esta altura podemos ver todo un paisaje. Abajo, pasando la avenida vemos varios templos. El más grande y cercano es el templo de Kalasasaya (5). Una inmensa plataforma como una gran cancha, rodeada de muros de piedra, con construcciones interiores. Allí está también el gracioso templo Subterráneo (6). Excavado en la tierra y con sus paredes recubiertas de piedras preciosamente talladas. Rostros humanos y de animales, sobresalen a lo largo de los muros.
Otras estructuras están cerca o lejos de esta pirámide donde nos encontramos.
Todo nos habla de grandeza y poder. Nos preguntamos, ¿dónde están los habitantes de estas inmensas construcciones? ¿Quiénes eran estos hombres tan poderosos, que pudieron hacer tan grandes, tan bellas, tan perfectas creaciones, en nuestra tierra?: Y no recibimos respuesta.
¿Cómo saberlo, si no conocemos su escritura, si no dejaron sus tradiciones?
Sólo en las frías piedras dejaron sus huellas. Huellas que los arqueólogos van descubriendo y explicando mediante excavaciones que realizan en estas regiones.
También por su trabajo en los metales y la cerámica podríamos conocer algo de ellos.
Monolito - Tiahuanaco
Cuchillo sacerdotal - Tiahuanaco
Trabajo en metales - Tiahuanaco
Uno de los principales elementos de la cultura Tiahuanacota son los monolitos, labrados de una sola piedra.
Se han encontrado monolitos de diversos tamaños: grandes como La Puerta del Sol, El monolito Fraile; y otros pequeños, representando animales y seres humanos de todo tipo. Los monolitos tienen grabados signos o símbolos que aún no se han logrado descifrar.
Puerta del Sol
Monolito El Fraile
La cerámica es otro elemento que también nos habla del avance cultural de Tiahuanaco. Hacían vasijas, hechas de barro cocido y con adornos típicos de diversos colores, sobre todo rojo, negro y ocre. Algunas de estas vasijas representan figuras de seres humanos y de animales.
Cerámica simple
Cerámica antropomorfa
Cerámica zoomorfa
Finalmente, la metalurgia es otro de los elementos por el que podemos conocer la cultura tiahuanacota. Usaban sobre todo el oro, la plata y el bronce. Hacían joyas de oro y de plata. En sus construcciones unían las piedras con bronce y oro. De oro labraban los Tumpis o cuchillos y sus máscaras rituales.
Todos estos elementos culturales son señales de una cultura que desapareció. Quizás por la invasión bárbara de otros pueblos que los exterminaron o los expulsaron de su territorio. Quizás por una catástrofe natural, como una inundación, peste, etc. Lo cierto es que de su verdadera historia nada sabemos todavía, sino lo que podemos interpretar a través de sus monumentos.