La crisis económica de 1929 originada en los Estados Unidos se expandió al resto del mundo afectando profundamente a nuestra economía basada en la exportación de materia prima.
La Gran Depresión de la economía norteamericana que empezó en 1929, se extendió al resto del mundo y, en América Latina, probó la fragilidad de las estrategias de crecimiento económico basadas en los ingresos provenientes de la exportación de productos primarios. La demanda de materias primas cayó en el mercado mundial y ello tuvo una repercusión negativa en el mercado internacional del estaño. En el primer año de la crisis, el precio de este mineral cayó de 337 a 238 libras esterlinas por tonelada, lo cual significó una drástica disminución de ingresos para Bolivia, a lo que se sumó la suspensión del crédito externo y la fuga de capitales. Esto provocó una crisis económica profunda que afectó a la sociedad boliviana en su conjunto, causando altos niveles de desempleo con los consiguientes conflictos sociales. Ante esta situación el país se vio imposibilitado de seguir atendiendo el servicio de su deuda externa y suspendió los pagos en enero de 1931.
El Gobierno de Hernando Siles
En medio de las dificultades creadas por la crisis económica mundial que tanto afectó a Bolivia, el presidente Hernando Siles adoptó medidas de importancia nacional como haber traído al país a la Misión Kemerer que creó el Banco Central de Bolivia como ente emisor y autoridad monetaria. Dictó un trascendental decreto disponiendo la participación en la riqueza petrolera de los departamentos productores que se constituyó en el antecedente más próximo de la ley de regalías de 1938 promulgada durante el gobierno de Busch, la cual fue complementada en 1955 y continúa vigente. Oriundo de Sucre, con una distinguida carrera como jurista, profesor universitario y rector de la Universidad de Chuquisaca, tuvo que soportar, no obstante, la resistencia de sectores regionalistas de La Paz que lo veían como adversario y sospechoso de favorecer al sur del país en desmedro de los intereses paceños. Apartándose de su militancia republicana, Siles organizó su propio partido al que llamó Nacionalista en el que militaron jóvenes intelectuales como Augusto Céspedes y Carlos Montenegro, quienes iban a figurar entre los ideólogos de la revolución de 1952.
Cronología
1928 | Sobreproducción y caída de los precios sobre todo de los productos agrícolas. Ataque paraguayo al fortín Vanguardia en el Chaco boliviano.
1929 | 24 de octubre. Caen los valores de la Bolsa de New York, centro neurálgico de la economía estadounidense y mundial. La más terrible quiebra bursátil de la historia trae como secuela un elevado número de suicidios de quienes perdieron toda su fortuna.
1930 | El impacto social de la crisis económica mundial se manifestó en casi todos los países a través del cierre masivo de empresas y negocios y el aumento espectacular de obreros desempleados. En Inglaterra llegaron a registrarse más de dos millones de trabajadores desempleados, en Alemania tres millones y en Estados Unidos cuatro y medio.
1931 | El año más adverso de la crisis económica mundial, provoca la aparición de los nacionalismos.
1933 | El 4 de marzo Franklin Roosevelt triunfa en las elecciones de Estados Unidos. Adopta medidas innovadoras y vigorosas contra la depresión económica que sufría el país. En Alemania, Adolfo Hitler asume el poder.
Efectos sociales
La crisis económica afectó a todos los sectores sociales, a los obreros, a los empresarios, a la clase media, a los estudiantes y al área rural. La actividad minera disminuyó en ritmo y producción, y lo mismo ocurrió en el sector manufacturero, especialmente el de ropa y el textil. Se redujo el comercio y el transporte, lo cual tuvo una repercusión negativa quedaría lugar al inicio de las luchas y transformaciones sociales posteriores. Las empresas mineras e industriales, y hasta el mismo Estado, se vieron en la necesidad de despedir a un número considerable de trabajadores y empleados. Esto dio origen a un descontento social generalizado que se manifestó en protestas que fueron reprimidas y que involucraron a dirigentes mineros y fabriles, dando lugar al cierre de las sedes sindicales. De esa manera las tasas de desempleo subieron considerablemente y ello afectó a las ciudades, campo y a quienes trabajaban por cuenta propia. La situación política también sufrió un grave descontrol que dio lugar a que el presidente Hernando Siles imprimiera un estilo autoritario a su gobierno y buscara su reelección. Al hacerlo se ganó la enemistad de sectores que antes lo apoyaban pero que veían la necesidad de continuar por la senda constitucional. Como Siles insistiera en sus propósitos reeleccionistas, fue derrocado mediante un golpe militar-civil en junio de 1930. Le sucedió una Junta encabezada por el general Carlos Blanco Galindo quien convocó a elecciones que dieron el triunfo a Daniel Salamanca, veterano jefe disidente del partido republicano.
Efectos económicos
La situación económica provocada por la Gran Depresión afectó particularmente a Bolivia por el hecho de que el país tenía una economía abierta y ligada al mercado internacional. La declinación del precio del estaño comenzó en 1927, lo que dio lugar a que al estallido de la crisis mundial se formara la Asociación Nacional de Productores de Estaño con el fin de reducir los volúmenes de producción. Las arcas fiscales también sufrieron una drástica disminución en sus ingresos que procedían de la explotación de minerales. La situación se agravaba por los altos costos de producción y transporte que colocaban a Bolivia en inferioridad de condiciones frente a otros productores como Malasia, Indonesia y Nigeria. A fin de mitigar las dificultades, el gobierno se vio en la necesidad de contraer nuevos créditos externos que no hicieron sino empeorar la situación.