La batalla de Ayacucho encuentra a Charcas ocupada por el general absolutista Pedro Antonio de Olañeta. Sucre avanza con su ejército, resuelto a liberar ese territorio, último bastión del poderío español.
Producido el brillante triunfo patriota en los campos peruanos de Ayacucho, el Ejército Unido Libertador al mando del Mariscal Sucre, avanza hacia las provincias charqueñas que no habían sido incluidas en la capitulación de Ayacucho. Eso se debió a que, en el momento de la decisiva batalla, dichas provincias no se encontraban bajo el control del derrotado virrey La Serna sino de su enemigo, Pedro Antonio de Olañeta, con quien aquel estuvo enfrentado en la "Guerra Doméstica" todo el año 1824. Bolívar consideraba a Olañeta como su aliado y partidario de la independencia y, como tal, lo invitó a integrarse a su ejército conservando su rango de General.
No obstante, esta generosa oferta, Olañeta pretendía el mando total de Charcas y que Bolívar permaneciera al otro lado del río Desaguadero, límite de los virreinatos del Perú y Río de la Plata.
Los doctores de Charcas.
La Universidad de Chuquisaca y su Academia Carolina se convirtieron en el núcleo ideológico clave que orientó el período de la independencia. De sus claustros salieron los próceres que actuaron en los congresos donde se definió tanto la independencia argentina como la boliviana. Entre ellos se destacan los nombres de Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, los hermanos Jaime y Manuel Zudáñez. En el último tramo de este proceso se distinguieron José Mariano Serrano, Casimiro Olañeta, Mariano Enrique Calvo y Manuel María Urcullo.
Todos ellos contribuyeron con su talento y patriotismo a la instauración de la Bolivia independiente. Entre los cruceños cabe mencionar a Vicente Seoane y Vicente Caballero, juristas también graduados en Charcas, que representaron a su tierra natal en el Congreso Constituyente de 1825. El Acta de Creación de la República estuvo firmada por 48 diputados.
PEDRO ANTONIO DE OLAÑETA.
El general Pedro Antonio Olañeta se mantenía en las provincias de Charcas. Estas no fueron comprendidas en la capitulación de Ayacucho. Olañeta no aceptó la invitación del Libertador a unirse a su ejército, pese a que había sido abandonado por sus antiguos partidarios. Fue derrotado en Tumusla por el coronel, Carlos Medinaceli en abril de 1825. Con Olañeta derrotado las provincias de Charcas quedaron libres del dominio realista.
CASIMIRO OLAÑETA.
Después del triunfo patriota en Ayacucho, Casimiro Olañeta (quien hasta ese momento actuaba como secretario y asesor de su tío el general Olañeta) decide abandonarlo y unirse al Ejército Libertador. Se dirige a Puno donde se encontraba el Mariscal Sucre y lo acompaña hasta Chuquisaca donde se reúne la Asamblea Constituyente donde los diputados de las provincias de Charcas decretan la creación de la república.
DECRETO DEL 9 DE FEBRERO DE 1825.
El Mariscal de Ayacucho, interpretando los deseos y aspiraciones de los habitantes de Charcas, dictó el Decreto de 9 de febrero de 1825 convocando a una Asamblea que decidiera el destino de esas provincias. Inicialmente, Bolívar no estuvo de acuerdo en otorgar la autonomía a Charcas pues sostenía que ésta era parte del virreinato de Buenos Aires. Las provincias Unidas del Río de la Plata, dictaron una ley el 9 de julio de 1825 dando plena libertad a las provincias de la Audiencia para que decidieran su destino. Entonces y ante la persistencia de los diputados José María Mendizábal y Casimiro Olañeta -coautor del Decreto-, el Libertador terminó aceptando, más aún cuando se le anunció que el nuevo Estado llevaría su nombre y él sería el encargado de redactar su primera Constitución. Así nació la República Boliviana.