Autoridades

El bastón negro del Cacique originario

La etnia tacana tiene una estructura jerárquica de autoridades que combina lo ancestral con la emergencia del poder municipal en el país: por ejemplo, en sus aldeas mandan los caciques originarios y, a la par, los corregidores y presidentes de las organizaciones territoriales de base.  Uno de estos últimos es Feliciano Chau Yoamona, a cargo de la comarca de San Silvestre, en el norte paceño.  “Llevo más de 30 años en este lugar y este año me tocó servir a mi pueblo.  Todo entre los tacanas se construye con respeto, por eso no hay muchos problemas entre nosotros”.

La defensa del discurso de tierra y territorio provocó el nacimiento de matrices que no sólo aglutinan a los tacanas, sino a miembros de otras etnias.  En este nivel se sitúan, por ejemplo, la Confederación Indígena del Oriente Boliviano, la Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia o la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap).  Y hasta la internacional Coordinadora de los Pueblos Indígenas de la Cuenca Amazónica.  No obstante, la que sobresale entre los poblados paceños y pandinos de esta nación es el Consejo Indígena del Pueblo Tacana (Cipta), creado por jóvenes en 1990.

El Cipta congrega a 24 localidades de las provincias Abel Iturralde (La Paz), y Manuripi y Madre de Dios (Pando).  En el primer peldaño de sus niveles de decisión está la Gran Asamblea, que se efectúa cada cuatro años; luego se sitúan las Asambleas Constitutivas, celebradas anualmente en las aldeas, y luego las Asambleas Sectoriales, que se implementan cada año, cuando las poblaciones originarias participan según el sector al que pertenecen, y en casos de emergencia o temas de difícil solución se realiza un extraordinario Consejo de Corregidores.

Algunos villorios tacanas de la amazonia norte de Pando y Beni han formado la Organización Indígena Tacana, afiliada a la Central Indígena de la Región Amazónica de Bolivia y, por ello, a la Confederación Indígena del Oriente Boliviano.  Y el grupo yaminahua de Pando creó la Central Indígena de Pueblos Originarios de la Amazonia de Pando.  El mando comunal está a cargo del Corregidor, el Cacique, el Policía, el Comisario y los guarajes.  El Cpilap señala que la organización sociopolítica de esta etnia conserva, de manera refuncionalizada, el sistema de autoridades que implantaron los franciscanos.

El responsable de Logística del Cipta, Arlum Medina Capiona, informa que el máximo líder de una comunidad es el Corregidor, nombrado por el Estado y es el que convoca a reuniones, trabajos comunales o la coordinación con su ente matriz.  El cargo posterior es el de Cacique, elegido en la aldea y el que vela por el respeto a las tradiciones en las fiestas (que la chicha esté bien recocida o la atención a los invitados).  El siguiente a la batuta es el Presidente de la Organización Territorial de Base, que sobre todo colabora con los asuntos que se tratan con los municipios.

Luego se ubica el Policía, que atiende los conflictos o las denuncias de delitos cometidos por comunarios, para lo cual se apoya en el Corregidor de la localidad. Posteriormente está el Comisario, que es una especie de juez y fiscal que investiga los casos penales.  Y al final se encuentran los 12 guarajes, quienes son supervisados por los personajes anteriormente enunciados y son sus colaboradores cercanos. En otro plano está el chamán, curandero o sacerdote, que es el practicante de los rituales ancestrales, un guardián del bienestar de los pueblos y el universo.

El antropólogo José Teijeiro Villarreal sostiene que el jefe del grupo o Cacique es elegido anualmente en una asamblea.  Los evangelistas John e Ida Ottaviano agregan que se escoge a éste el primer día del nuevo año, tras lo cual pasa a ser un subordinado del Corregidor gubernamental.  Sus mensajeros (guarajes) llevan el bastón de chonta negra (palmera) que es símbolo de autoridad entre los tacanas, el cual tiene un metro de largo y está decorado con plumas en una de las puntas.  Aparte hablan de un Maestro a cargo de la música en la iglesia y las misas.

La pareja de misioneros explica que sólo los hombres tienen derecho a voto.  “El Corregidor saliente dirige las elecciones.  En éstas se proponen ternas y se procede a la votación.  Las nuevas autoridades reciben su bastón negro.  Muchos hombres entonces se acercan para abrazarlas y felicitarlas, y exhortarlas en privado para que sean temerosas de Diqs y cumplan bien con su responsabilidad. Los ancianos del grupo, sin importar donde vivan, son respetados; sus juicios y consejos, especialmente dentro de la familia extendida, son generalmente aceptados”.

No obstante, tomando en cuenta que el estudio de los Ottaviano data de hace varias décadas, es bueno establecer la apertura hacia la participación de las mujeres en la cultura tacana.  En el norte de La Paz se creó el Consejo Indígena de Mujeres Tacana que cuenta con una Asamblea.  “Aunque pocas desempeñamos cargos dirigenciales, estamos trabajando para potenciar nuestra participación en temas de liderazgo, deberes, derechos y otros puntos que fortalezcan la gestión territorial de nuestras aldeas”, establece un comunicado de esta organización femenina.

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